Hola!
Cuando algo lleva en tu vida casi 10 años es como que le coges un cariño especial, sobre todo porque fue la primera compra online que hice y lo recuerdo como algo lleno de alegría, de nervios y también de emoción.
Ahora casi es parte de la rutina el hacer varios pedidos al mes, pero no por ello he dejado de sentir ese gusanillo de si vendrá el producto que compré, si me valdrá, etc.
En aquel momento era como un triunfo para mí porque tenía, y todavía tengo problemas para encontrar zapatos del 42 (a veces, incluso me quedan pequeños de esta talla) e ir a las tiendas físicas es muy triste la verdad. Me ofrecen el 41 como si realmente pudiera adelgazar mis pies, o encoger los dedos gordos!
Afortunadamente con el paso del tiempo he descubierto que el 42 de Hispanitas me viene perfecto, aunque tienen que ser cerrados o botas, porque si son abiertos se me escapa el pie. Esto es gracias a las ventas privadas de la marca que por alrededor de 50€ te puedes hacer con un par y otro par, y así te construyes el zapatero…
En tienda física, la última vez que me compré unas botas fue hace dos años en una zapatería cerca de mi casa pero eso sí, bajo pedido y con la condición de que si no me valían me tendría que quedar con ellas igualmente… y no estaba en periodo de rebajas, con lo que lamentablemente a día de hoy, en 2018, me compensa más aventurarme a comprarlos online.
Entiendo que números tan extremos para mujer no compense a las tiendas hacerse con ellos, pero es tremendo que tengas que comprarlos a ciegas y aceptarlos aunque no te valgan (ya no hablo que no te gusten, simplemente que te entre el pie en él) cuando además hablamos de un precio alrededor de 140€ ó 149€.
Volviendo al tema, ¿a qué tengo que decir adiós? En Privalia en 2008 me encontré con la venta de la marca O’neil estas botas preciosas, de mi estilo con toque de zapatilla de boxeador del 42 y por 55€ gastos de envío incluidos.
Realmente era toda una aventura el hacer los pagos con tarjeta de crédito, no sabías si te iban a robar el dinero, si te llegaría una naranja por cuenta de … y todas estas cosas que ahora parecen impensables.
Durante todos estos inviernos las he estado utilizando, muy cómodas, con cremallera lateral y con algo de felpa en el interior. De número me iban perfectas, además anchas con lo que mis pies se sentían libres!
Lamentablemente toca ya deshacerme de ellas, no enseño las suelas porque están casi lisas y una de ellas tiene un agujero… en fin, ahora ya jubilarlas, y aunque soy muy práctica y las cosas, cosas son. Éstas tienen una parte sentimental en mí.
Objetivo entonces: buscaré otras, a ver si las encuentro, pero las primeras son las primeras.
Aloha!
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