Hola!
Me llamó mucho la atención cuando lo vi en la web de cremas-caseras, y se vino a mi casa para probarlo. Es extracto de Sangre de drago, una resina de color rojizo 100% pura y natural que se considera con un gran poder anti-edad.
Con propiedades cicatrizantes – acelera el proceso de regeneración-, antiinflamatorio, antioxidante, y que actúa no sólo en las capas más superficiales de la piel sino más en profundidad.
Lo que dice la web es que esta resina contiene proantocianidinas que no sólo unen las fibras de colágeno sino que inhiben el proceso de envejecimiento, evitando la rotura de dichas fibras. Y que se ha demostrado su poder antioxidante, siendo 20 veces más que la vitamina C y 50 veces más que la vitamina E.
¿Cómo usarlo?
Tanto en la preparación de nuestra propia cosmética, se agrega a la mezcla en frío y se remueve, como aplicarlo de forma específica en la zona a tratar aplicando unas gotas en la zona afectada y se masajea.
Aplicaciones:
Tanto para cremas antiarrugas como antioxidantes, para prevención de estrías, pequeñas heridas como aftersun e incluso, para embarazadas.
El formato que me compré fue el de 10ml a 4.71€, y hay hasta el de 250ml a casi 50€.
Cunde un montón porque es un producto que cada gota aporta mucho.
Y es únicamente extracto de la resina del árbol Croton Lechleri y cuyo origen se encuentra en América del sur, concretamente éste viene de Perú.
En mi experiencia lo he utilizado un poco a mi criterio:
– algunas veces dos gotitas a mezclar con mi hidrante de mañana le aporta un plus a mi rutina, siento una piel como pulida pero tersa a la vez.
– y otras veces de forma directa sin mezclar con otros productos, como un paso más. Generalmente por la noche y a continuación algún aceite, a mí me encanta.
Lo único a tener en cuenta es que tiñe la piel y a mí me ha pasado que me deja un halo por dentro de la mascarilla por la condensación, o esto es peor, me lo pongo en la frente a la hora de comer y luego, a la tarde-noche salgo a dar una pequeña vuelta a la calle con el manchurrón sin darme cuenta… en fin.
Deja un resultado de alisar la piel, reduce las rojeces de los granitos que quieren salir, y al tacto, como si estuviera desnuda. Por compararlo con algo anterior, me quiere recordar a cuando usé el ácido salicílico al 2% de Stridex en lo que se refiere a las sensaciones al tacto, pero esta resina ni reseca ni deja tirantez.
Nunca he usado resinas o extracto de ellas de una forma tan pura y me ha resultado extraño tanto en las sensaciones como la textura y el olor. Ha ido todo relacionado.
¿A qué huele? Pues me recuerda al vermú rojo, a barrica, a ese olor amaderado y aunque no huele a maravillas, es tan peculiar que me relaja. Es un poco raro.
¿Repetiría? Pues sí. Sé que no le saco todo el partido que debería ni que tampoco puedo expresar con palabras las buenas sensaciones que me aporta, pero es así. Me parece un producto interesante y que cada uno en nuestra necesidad podemos encontrarle su uso. Muy recomendado.
En el rostro para momentos concretos o bien, incorporado a cremas ya compradas, me ha encantado. Y viendo un poco otras aplicaciones que se le puede dar, creo que voy a ampliar al cuerpo incorporando unas gotas con mi leche hidratante para valorar en otro tipo de piel que no sea la cara.
Aloha!
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