Hola!
Ya he hablado varias veces sobre el aceite de Rosa Mosqueta y en esta ocasión he estado utilizando el de Pranarôm.
Mantengo que es uno de los indispensables a tener en casa para multitud de aplicaciones.
Por sus propiedades regeneradoras y cicatrizantes, tiene aplicaciones:
1.- Para el cuerpo. Localizado para estrías y distintas marcas o bien, de forma más general, mezclado con una leche corporal o manteca. Muy útil como producto para después del sol.
2.- Para la cara. Cuando está el rostro apagado, que le falta un poco de nutrición, e incluso, me gusta muchísimo como contorno de ojos. La mascarilla me la apoyo en esta zona tan delicada para evitar que se me empañen las gafas, y por las noches, un par de gotitas con un ligero masaje es muy bueno.
También se puede consumir de forma oral pero no lo he probado. No tengo muy claro qué beneficios tiene si lo ingieres, aunque sí he leído que contiene Ω3 y puede ser una manera de completar la ingesta.
Su olor es a aceite bastante cercano al aceite de oliva virgen extra. No es desagradable pero no me entretengo disfrutando del aroma.
Llegué a comprar dos el año pasado:
Uno en la primera farmacia que pillé por Gijón a 11.95€ (mayo 2020) y el 2º en Farmacia Cuadrado a 8.79€ (junio 2020).
El 1º se lo gastó un familiar en una cicatriz que tenía en la cabeza y el lateral de la cara. Es lo que la neurocirujana le recomendó utilizar varias veces al día, y aunque mucho es el buen trabajo que hizo el personal médico, creo que este aceite le ha valido mucho para nutrir la piel y hay zonas que prácticamente no se nota.
Al crecerle el pelo, lo dejó de utilizar. Y este 2º bote, como la mitad, estoy usándolo para mis rutinas. Lleva más de un año abierto y está perfectamente, no ha cambiado ni textura ni olor.
Como fechas de referencia, indican como fecha de caducidad 05/2022 y una vez abierto, consumir en 3 meses.
Su INCI: Rosa rubiginosa seed oil*, tocopherol (como antioxidante). *Ingrediente certificado orgánico.
Su textura es de aceite pero más ligero que denso. Sin embargo a la hora de masajear, a la piel le va a costar absorberlo, hay que darle unos minutos y a mí me resulta placentero.
En cuanto al envase. Es de vidrio oscuro para proteger el contenido, aunque a través de una luz, se puede ver la cantidad que nos queda. Esto está muy bien. Y en la boca de la botella tiene un adaptador que dosifica a gotas el producto, es fácil de controlar la cantidad y no gotea, ni se sale por fuera. El frasco y la caja están limpios.
Nada que objetar.
¿Repetiré?
A corto plazo no. Simplemente porque quiero ir probando otras marcas y tengo el de Labiatae en el punto de mira. Sobre todo por el método de extracción que emplean: CO2 supercrítico. Además son 30ml y ronda los 10€.
¿Recomendar?
Por supuesto, siempre que sea ecológico y puro (que sólo contenga aceite de rosa mosqueta). No importa la marca, aquí prima la calidad.
Aloha!
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