Hola!
Mi hogar no huele a nada, me gusta que no tenga ningún olor característico, simplemente a nosotros. Hace algunos años usaba mikados pero tampoco me terminaron de encajar porque tienes que darles la vuelta (y se me olvida), a veces se mancha por alrededor y casi que los tenía por decoración.
Sin embargo, cuando estoy trabajando en el ordenador sí que siento a veces que me falta algo olfativamente. Por eso, ya hará 6 años que compré un difusor y sigo comprando mezclas de aceites para disfrutar con él.
Ya está prácticamente terminado el de Pranarôm especial para difusores en frío y se llama ZEN con naranja y cedro.
La marca lo describe como una composición equilibrada y sutil con notas mezcladas que aportan una dulce sensación relajante de bienestar para un ambiente en calma y comodidad.
Su composición: Citrus sinensis* (Naranja dulce), Litsea Citrata* (Verbena exótica), Cedrus atlantica* (Cedro del Atlas), Citrus reticulata (Mandarina).
* ingrediente procedente de la Agricultura Ecológica.
Todo su contenido es eco, así que mejor no puede ser.
¿A qué huele?
Las primeras veces es como que no termina de encajar ese dulzor que percibes tan evidente a naranja muy dulce, como muy de golpe, para luego al poco rato notar más la verbena (mi olor favorito) y el bosque que percibes de fondo. Hay mucho contraste.
Sin embargo con el paso de los días, mi nariz se ha ido acostumbrando de tal manera que huelo el dulzor y la madera de una forma más equilibrada. Digamos que ya me encaja más los distintos toques que tiene.
Ahora ya me resulta muy relajante, muy sensorial y sí que me ayuda a dejar la mente en blanco y concentrarme en lo que hago.
Modo de uso.
Voy poniendo unas 8-10 gotas porque mi difusor no lleva agua, es en seco, y luego cuando noto que ya huele poquito, decido si poner más cantidad o dejar así.
Hay que leer las instrucciones porque no a todo el mundo le puede venir bien el inhalar aceites esenciales.
Número de usos.
El producto dura muchísimo porque literalmente está consumiendo gota a gota, aunque en mi gusto siento que es un olor para el invierno, para el frío, para estar recogido en casa calentito.
Resultado.
Este tipo de producto no lo veo ni entiendo que su función principal sea la de un ambientador convencional.
Lo encuentro más bien como la búsqueda del bienestar a través del olor en función de cómo te sientas y luego ya de una forma secundaria que ese olor se quede en la estancia.
Mi difusor lo tengo en la mesa de estudio, como a un metro de distancia porque quiero sentir y respirar casi de forma directa el aroma que va generando. Esta habitación tiene unos 15m2.
Obviamente si lo pones en un salón grande, en el pasillo de casa para que intentes que el aroma llegue a toda tu casa (como probé en su momento), lo veo complicado.
Envase.
Es de vidrio oscuro para proteger su contenido. En cuanto al tapón es de seguridad, con lo que tienes que apretar y girar, y aunque algunos se me hace difícil de abrir, éste en concreto no me ha pasado. Viene perfecto.
Tiempo abierto.
He buscado la pegatina que suelo poner en los productos para tener presente cuánto tiempo llevan abiertos, y me extraña que no esté ni en la caja ni en el envase… probablemente esto sea porque lo abrí justo cuando lo recibí, es decir, en junio del 2020. ¡Recién salidos del confinamiento! 4 años me ha durado y se mantiene como el 1º día.
Su fecha de caducidad es 07/2024 y sin especificar una vez abierto, un plazo para consumir.
Dónde comprar:
En junio’20 en Farmacia Cuadrado lo encontré a 13.12€ y con descuento lo acabé comprando por 9.50€. Y actualmente está por 15.25€ aunque está de promoción por 10.87€.
Es fácil de encontrar en un montón de páginas y el precio oscila de 10-16€, sin haber cambiado el INCI ni la cantidad que viene.
¿Para repetir?
Un rotundo sí. Para mí es la forma más limpia de aportar cierto olor a mi casa y a la vez de que me evoque sensaciones en función del momento en el que me encuentre.
Aloha!
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